Recuperamos la inmortal frase Magis dare quam accipere pero, lejos de anclarnos a los Evangelios, nos disponemos a aproximarnos a un inmediato acontecimiento en la ciudad de Varsovia con motivo del Año Europeo del Voluntariado que se celebrará el día 1 y 2 de diciembre.

Una experiencia de voluntariado…
Samuel  Jiménez Martín ha formado un grupo de voluntariados que se dedican a repartir a las personas sin hogar de Barcelona bocadillos, café y, sobre todo, amabilidad y respeto. Con ello, rompe con la costumbre ciudadana de rehuir de estas personas cuya dignidad ha sido aniquilada.

Según relata Samuel  «Todos estos pequeños encuentros tienen un valor muy grande para nosotros, y realmente es cierto que el voluntariado te da mucho más de lo que tú das».

 

Qué es el voluntariado…
El voluntariado se entiende como  el trabajo de las personas que sirven a una comunidad o al medio ambiente por decisión propia y libre.  Dentro de esta elección encontramos una amplia gama de posibilidades, según el área de acción, perfiles a los que va dirigido, pertenencia o no a una asociación y otros criterios. Pero, sin duda, el hilo conductor entre todas ellas es la motivación.  

Si se habla de valores que guían a un voluntario, la  sensibilidad, la humildad y perseverancia en un acto predispuesto para el servicio se llevan la palma. El servicio al otro sin esperar nada a cambio es el estado puro del voluntariado.

Realmente, ¿existe esa motivación pura, o dicha elección  es producto de diversos factores?
Cientos de veces hemos escuchado a nuestros seres queridos recordarnos aquello de «Nadie da nada por nada». Y parece ser que, una vez más, hay que darles la razón. Cuando se trata de ayudar, el  realizar un ejercicio de autoconciencia respecto a la motivación que nos lleva a ello, se vuelve imprescindible. Si la elección de procurar un bien ajeno es consecuencia de una falta de autoestima, o un deseo irremediable de convertirse en un salvador es un motivo que sólo concierne al implicado, pero el resultado – y es lo importante-  es una labor humanitaria de la que nos beneficiamos todos.

En cualquier caso, es mejor un egoísmo que se dé al otro, que no ocasionarle daño o procurar únicamente por el propio bien . Porque ya es sabido  que «Cuando el hombre se mira mucho a sí mismo, llega a no saber cuál es su cara  y cuál es su careta», como decía nuestro maestro Pío Baroja 1872-1956).

Por otra parte, la colaboración y participación de los voluntarios no resulta completamente inocua para la entidad ofertante pues resulta muy costoso captar y formar voluntarios para que desempeñen adecuadamente las tareas encomendadas; para que éstos  participen en el desarrollo de la organización, y sobre todo  para que permanezcan en ella.  

Entidades y voluntariado
Es por ello que las organizaciones apuestan por una combinación de tareas que logren la consecución de los objetivos y expectativas del candidato a voluntario, donde pueda demostrar sus habilidades y que a la vez supongan un reto y un aprendizaje. Dotar de equipamientos especializados adecuados para la realización de los servicios, el reconocimiento por parte de los equipos de trabajo profesional para sus allegados mediante reuniones, y  la gratificación mediante bienes con los que cuenta la entidad (patrocinio de marcas famosas que les obsequian con sus productos), dando cuenta de los resultados logrados, y haciéndoles partícipes de nuevas ideas, parecen resultar buenas formas para que el voluntario permanezca en la entidad . Si siente que su aportación es esencial, sus sugerencias son escuchadas y el equipo directivo se preocupa por su trabajo, las probabilidades de permanencia son mucho mayores.

Es por ello que en un intento por detectar agentes, causas y circunstancias, se citan ,a continuación , los factores que incitan a continuar o cesar en los servicios prestados:

Factores que favorecen la motivación Factores que dificultan la motivación
Clara comprensión y conocimiento del trabajo a desarrollar.
Proporcionar recompensas y alabanzas.
Facilitar tareas que incrementan el desafío, la responsabilidad y la libertad.
Involucrar a los voluntarios en la solución de los problemas.
Ayudar al desarrollo de habilidades personales.
Indicar como el trabajo de los voluntarios contribuye al logro de los objetivos de la organización.
Tener los medios adecuados para desarrollar las tareas eficazmente.
Fuerte crítica hacia el trabajo.
Escasa definición del trabajo a desarrollar y de sus objetivos.
Supervisión de las tareas no adecuada.
No dar respuesta sincera a las cuestiones planteadas.
Ocultar.
Adoptar decisiones unilaterales.
No estar dispuesto a aceptar nuevas ideas.
No dar elogios por el trabajo bien realizado.
Asignar trabajos aburridos o tediosos.
Falta explicita de reconocimientos.
Ausencia de comunicación entre los diferentes niveles.
Sentimiento de no formar parte del equipo..

Adaptado de Oldham, G: “The motivational strategies used by supervisors: Relationships to effectiveness indicators”. Organizational Behaviour and Human Perfomance, nº 15, 1976

Quizás ese/a voluntario/a que empezó un día prestando su tiempo y su esfuerzo ascienda (si es su deseo, obviamente) por la escala de la institución, culmine su último peldaño como gestor de otros equipos humanos que a su vez prestan un servicio, atienden a una necesidad y son la esperanza de muchas personas que hoy como ayer siguen careciendo de los recursos más primarios, que siguen vagabundeando sin sentido por nuestras calles a la espera que alguien les ofrezca unos ojos en los que posarse, simplemente para volar un rato, para sentirse uno o una más.

BIBLIOGRAFÍA y DOCUMENTACIÓN CONSULTADA
DUGATKIN, L.A (2007). ¿Qué es el altruismo? Buenos Aires:
Katz http://www.hacesfalta.org/experiencias/detalle/?id=4555
http://www.alipso.com/monografias/pensamientos_sobre_el_voluntariado/ www.iniciativasocial.net/motivacion.htm http://agoradeideas.blogspot.com/2008/11/los-bucles-de-la-mentecomplejo-de.html