¿Una cara limpia, joven y radiante? Incorpora estos cinco consejos a tu ritual de belleza y notarás que tu piel facial mejora.

 

Agua templada

Ni fría ni caliente. Si usas agua templada dilatará tus poros sin resecar tu piel y lograrás una limpieza más profunda.

 

No utilices productos con sulfatos

Son demasiado agresivos. Lograrás retirar la grasa de tu piel pero ésta terminará deshidratada e irritada. Mala elección estética

 

60 segundos

Uno, dos, tres… ¡60! Son los segundos adecuados para que el producto haga su efecto. Masajea la crema limpiadora o gel a la vez. Así estimularás el sistema linfático mejorando la circulación.

 

Toalla suave

 Utiliza una toalla suave especial para la cara. No uses la que has utilizado para secarte el pelo. Cámbiala a menudo para evitar gérmenes y bacterias.

 

 Stop durante un minuto

 Una vez hayas finalizado tu ritual de limpieza facial espera un minuto para aplicar el resto de tratamientos. Un minuto exacto, no más. Con esto lograrás que la piel esté hidratada y que absorba mucho mejor las cremas.